Comer sin culpas sí es posible

Comer es uno de los grandes placeres de la vida. ¡Qué rico es! ¿verdad? ¿Por qué privarnos de eso? ¿Cuándo dejamos de disfrutar la comida para centrarnos en la cantidad de calorías que ingerimos? ¿Cuándo empezamos a privarnos de los alimentos?

Llevar un plan de alimentación saludable y balanceado no es sinónimo de dejar de comer. De hecho, privarnos de los alimentos que nos gustan, hace más difícil que podamos mantener un peso equilibrado y saludable.

En ese sentido, las personas que comen algún alimento que esté al margen de su “dieta diaria”,  generan un sentimiento de culpa enorme cuando lo hace, pero el placer es parte de la vida y puede ser utilizado para incorporar hábitos saludables.

Además, la comida tiene varias funciones en el organismo, una de ellas es alimentarnos, por lo que es necesario perder ese miedo hacia los alimentos porque, en definitiva, sin ellos no podemos vivir.

Lo compartido sabe mejor

Muchas veces, lo que hay que hacer para no llegar a sentir esa culpa es que, si ya sabes que te vas a salir de tu plan de alimentación diario porque vas a comer algo que no es tan saludable, te propongas controlar las cantidades de ese alimento o comida que vas a consumir.

Una opción es compartirlo con alguien más. Si bien es importante lo que  se come, también lo es la cantidad. Incluso aplica para quienes tienen un plan de alimentación saludable. Nada en exceso es bueno, así sean alimentos saludables.

Moderación, no privación.

La idea no es que privarte de lo que te gusta, sino aprender a comerlo.  Concentrarte, enfocarte en mejorar los hábitos alimentarios, optimizar las decisiones y disfrutar las comidas preferidas con moderación. Por ejemplo, si vas a una cena, una reunión o una fiesta, en la que sabes que van a servir varios platos, no los comas todos: escoge el que más les guste. Y si piensas en tomar alguna copita, recuerda que suele abrir el apetito. Es mejor si alternan su consumo con agua.

Las dietas que se basan solo en restricciones, difícilmente podrán mantenerlas en el tiempo. Siempre estarás pensando en cómo y cuándo salirte de ella.

Es diferente la persona que, por convicción, decide quitarse algún alimento a la persona a la que le restringen, aun cuando eso no sea lo que quiere.

La tentación de romper con el plan de alimentación estará a la orden del día, lo hará con más frecuencia cada vez y, al final, llevará a la frustración por no obtener el resultado que quieren, y que es mantener una alimentación y peso saludable

Si estás claro en que hay alimentos que no quieres sacar de tu dieta porque te encantan, aunque sabes que no son saludables, cómelo pero eventualmente.

Haz elecciones inteligentes. 

Cuando comes utilizas todos los sentidos, por eso tienes que hacer el mayor esfuerzo posible porque realmente te guste lo que comes y siempre, de entre las opciones que están sobre la mesa, escoge la más saludable. Por ejemplo, si en el carrito de postres ves: torta queso, torta de zanahoria y tres leches, escoge la de zanahoria.

Involucrar todos los sentidos en este acto que va más allá de la necesidad de alimentación es fundamental sobre todo en días como los que vivimos en la actualidad, con ritmo vertiginoso. 

Comer por comer, sin disfrutar el alimento, hará que en muy poco tiempo quieras volver a comer. No es necesario someterte a ese nivel de estrés porque comer sin culpa sí es posible.

¿Deseas aprender a disfrutar plenamente el momento de la comida? En Método Coma podemos asesorarte. Solo envía un correo a info@metodocoma.com.

Ariana Araujo Tovar

Nutricionista y creadora del Método COMA

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