Breve guía sobre la intoxicación por metales pesados

Breve guía sobre la intoxicación por metales pesados

Breve guía sobre la intoxicación por metales pesados

Estamos rodeados de toxinas. Aunque algunos metales llamados oligoelementos cumplen con funciones importantes en nuestro cuerpo, otros pueden resultar perjudiciales. Muchas personas pasan gran parte de su vida sabiendo que son alérgicos a algo pero sin lograr identificar a qué, por lo que empiezan a restringir alimentos sin obtener ningún resultado. Cuando el malestar no parece tener ningún origen en los alimentos podemos sospechar de una intoxicación por metales pesados.

En Método COMA te explicamos más sobre la intoxicación por metales pesados y  qué podemos hacer para evitarla.

¿Cómo funciona la intoxicación por metales pesados?

La intoxicación por metales pesados, al contrario de muchas intoxicaciones alimentarias, es un proceso lento que depende de la tolerancia de nuestro organismo así como de nuestra capacidad de quelación (el proceso por el cual los metales pesados se unen a moléculas orgánicas que ayudan a su expulsión a través de la orina y las heces). Esto puede empezar a originarse desde la infancia cuando empezamos a estar expuestos a ciertos metales.

Algunos utensilios, envases u objetos que entran en contacto con nuestra comida, así como el tipo de alimentos que interactúan con ellos (dependiendo de si es ácido, graso, sus componentes y cómo reaccionan con algunos metales) pueden desatar esta intoxicación con síntomas similares a los de las intoxicaciones alimentarias.

Metales a los que estamos expuestos

Entre los metales pesados a los que estamos expuestos, los más comunes son el plomo, el aluminio y el mercurio. El metilmercurio, un compuesto orgánico del mercurio, es altamente tóxico y pasa a nuestro cuerpo a través del pescado, por lo que su consumo debe ser regulado para evitar una intoxicación por metales pesados.

El aluminio penetra en el cuerpo a través del agua y del aire, de harinas, colorantes, aditivos alimentarios, levaduras, aromatizantes, antiácidos y de alimentos cocinados o conservados con utensilios de aluminio. Su consumo excesivo puede derivar en alteraciones en el sistema nervioso, alergias alimentarias y cáncer, por lo que recomendamos evitar el consumo de alimentos industrializados, así como reemplazar los utensilios y envases de este material que puedan provocar una intoxicación por metales pesados.

Otros elementos a los que estamos expuestos que pueden causar intoxicación por metales pesados son el cobalto (encontrado en algas, frutos secos y vegetales de hojas verdes), el arsénico (presente en agua contaminada) y el cobre (al que solemos exponernos a través de ollas y otros utensilios).

Intoxicación por metales pesados a través de los utensilios

La mayoría de nosotros tenemos en casa utensilios y ollas de aluminio o teflón. Algunos estudios han demostrado que el sistema inmune reacciona a ciertos alimentos que fueron preparados o expuestos a estos metales, creando alergias alimentarias. Sin embargo, existen otros materiales en nuestra cocina que también pueden perjudicarnos.

Los efectos pueden aumentar en presencia de ácidos y sales, que reaccionan con el aluminio del papel o de algunos recipientes, así como sus aleaciones, y hacen que su concentración en nuestra ingesta aumente. También el uso de vasos, enlatados y bandejas de aluminio (en especial al reaccionar con alimentos ácidos como el tomate, cítricos, los encurtidos y el vinagre) la aumentan, por lo que recomendamos evitarlos para no desencadenar una intoxicación por metales pesados.

Los materiales más seguros en la cocina y que no suelen desatar una intoxicación son el barro (chequeando que el esmalte que generalmente llevan no contenga plomo o cadmio), el hierro colado (siempre secándolo bien para evitar el óxido), el acero inoxidable (que puede migrar ciertos metales a la comida pero es más seguro que el aluminio) y el vidrio, que es el material más seguro de todos para conservar y cocinar los alimentos.

La intención no es causar temor, más bien advertir que quizás algunas respuestas a nuestras alergias estén en cómo cocinamos y no en lo que cocinamos.

Es importante leer las especificaciones de los fabricantes de nuestros utensilios para evitar ciertos componentes, y comprar aquellos que, aunque sean un poco más costosos, sean más seguros y duraderos y nos ayuden a cuidar nuestra salud.

Si sospechas que algo en tu dieta está generando una intoxicación pero no has podido identificarlo, escríbenos a info@metodocoma.com y tengamos una consulta nutricional online.

Ariana Araujo Tovar

Nutricionista y creadora del Método COMA

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